Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi

Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi
Tango, Radio y más Historias, blog distinguido por su aporte a la difusión del Tango, sus autores e intérpretes.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Francisco Lomuto 20 de noviembre de 2014

Francisco Juan Lomuto nació en Buenos Aires el 24 de noviembre de 1893 y murió en Tortuguitas (provincia de Buenos Aires) el 23 de diciembre de 1950.
Nació y se crió en una familia de músicos. Su padre, Víctor Lomuto. fue violinista; un hermano, Víctor, bandoneonista; Enrique, pianista: Héctor, jazzman; Pascual Tomás, que firmaba Oscar, periodista y. también, autor de la letra de Nanea más (1923). Su madre le enseñó a tañer el piano y en el Conservatorio Santa Cecilia aprendió la música necesaria para componer, a los 19 años, su primer tango, El 606 (el mismo nombre, que correspondía a un específico medicinal, lleva otro tango contemporáneo, firmado por R. Sales de Araujo De joven se entreveró en el ambiente y pudo así lograr que en 1922 María Luisa Notar le cantara en el teatro "San Martín" su tango Muñequita, que lleva preciosos versos de Adolfo Carlos Herschell: lo grabó Gardel, al igual que, luego, otros versos no menos hermosos de Herschell, los del estilo Pobre gallo bataraz.
Pronto formó Lomuto un dúo de pianos con Héctor guasada, el autor de Indio manso, y luego integró la orquesta que animaba los bailes del barco Cap Polonio, por la que pasarían también Pedro Main a y Manuel Pizarro. Enseguida organizó su primera orquesta, con la que comenzó a grabar en el año 1923 para el disco Nacional. Sus grabaciones iniciales fueron las de los tangos Mal paso, de Pedro Polito, y Tierra del Fuego, que había compuesto en el barco. Allí comenzó una carrera muy larga y fecunda, de extendida repercusión popular. Con un perfil muy propio y bien definido, Lomuto se enroló en una corriente mucho más próxima a la de Francisco Canaro (su gran amigo) que a la de Fresedo y De Caro, que son los otros dos mayores referentes de aquella época en que el tango -gracias, sobre todo, a la radiofonía- señoreó sobre el sentimiento popular.
En las diversas etapas de su carrera, don Pancho Lomuto contó con músicos tan valiosos como Oscar Napolitano, Martín Darré -que fue su arreglador y también el de la jazz de Héctor y, aun, de la famosa orquesta vienesa de Dajos Bela-, Federico Scorticati, Lalo Schifrin y Juan Carlos Howard. Tuvo como estribillista en sus grabaciones para Nacional a Charlo -lo compartía con Canaro- y, luego, al incorporarse a la grabadora Víctor, en 1931, a Fernando Díaz y, en 1935, a Jorge Ornar, experimentado el primero, novicio el segundo y los dos excelentes. Puesto que hizo todo lo que solía hacerse apareció en filmes como Melgarejo (1937) y La rubia del camino (1938); no desdeñó la comedia musical (La vuelta de Miss París, de 1932) y llevó su tango a España (1947) y al Brasil (1949), seguido siempre por el éxito. Lomuto compuso tangos muy simples y gratos, cuyos versos escribió y firmó con el seudónimo Pancho Laguna, tales como, Dímelo al oído, de 1934, que Tito Schipa grabó enseguida, y Churrasca, que el mismo año le arrebató nada menos que a Él pescante el primer premio del concurso abierto por Francisco Canaro. En 1929 ya había compuesto Cachadora y en 1933 lanzó Si soy así, que Gardel no desaprovechó.

Martín Darré, uno de los hombres más lúcidos del ambiente, que durante dos décadas trabajó junto al maestro, dejó escrito en los anales de la Academia Porteña del Lunfardo: "Lomuto fue una figura singular y pareciera que el destino se hubiese propuesto coronar aquella singularidad a su muerte con un dato más: cuando aquel hombre corpulento, afable, sonriente, querido, respetado, mimado por el éxito, pasa a ser, al momento de abandonar la vida, sin transición alguna, uno de los personajes más olvidados aun dentro del mundo al que perteneció". Darré dijo esto en 1983, Hoy, la orquesta de Lomuto, otrora condenada al place por la presencia avasalladora de Canaro y Fresedo, está siendo valorada en su justa medida por los estudiosos y los aficionados.