Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi

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Tango, Radio y más Historias, blog distinguido por su aporte a la difusión del Tango, sus autores e intérpretes.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Cuarteto San Telmo - 30 de Septiembre de 2013- 441-


CUARTETO SAN TELMO

El bandoneonista Leopoldo Federico y el guitarrista Roberto Grela, se unieron en 1966 para formar el conjunto “El Cuarteto San Telmo”, junto al guitarrista Ernesto Baez y el contrabajista Román Arias. 
Grela se había desvinculado recientemente del cuarteto de Aníbal Troilo y este nuevo Cuarteto se estructuró a semejanza de éste, casi con el mismo estilo deslumbrante e intenso.
Fueron contratados para actuar en el mítico “Caño 14” de la calle Uruguay. 
Sus intervenciones en el disco fueron para Columbia (año 1966) pasando más tarde a Music Hall.
Interpretaciones del Cuarteto San Telmo para el sello Columbia año 1966, en el álbum titulado “Tangos de siempre”. Los títulos, autor, compositor y orquesta se encuentran incluidos en los respectivos archivos.


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sábado, 28 de septiembre de 2013

Julio De Caro por otros intérpretes 28 de Septiembre de 2013 -454-

Los grandes temas del maestro Julio de Caro interpretado por grandes orquestas.



Los títulos de los temas, autor, compositor y orquesta se encuentran incluidos en los tracks correspondientes.


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jueves, 26 de septiembre de 2013

Alberto Vila Biografia- 26-9-13




Alberto Vila
Alberto Vila nació en Montevideo el 25 de setiembre de 1903 y murió en la misma ciudad, donde ya no estaba radicado, sino que se encontraba de paso, el 23 de febrero de 1981.
Fue principalmente un galán cantor. Su coterráneo, el memorioso investigador Horacio Loriente, recuerda que la carrera de Vila comenzó luego de un ensayo privado de la famosa Troupe Ateniense dirigida por Víctor Soliño, Roberto Tontaina y Ramón Collazo (El Loro). Con esa Troupe debutó en el teatro "Solís", de Montevideo, el 6 de octubre de 1927, haciendo imitaciones de Carlos Gardel. Semanas más tarde, el 27 de diciembre, se presentó en el teatro "Coliseo" de Buenos Aires, Su viaje a ésta, precedido de referencias encomiásticas, valió al apuesto cantor, de voz profunda y pastosa, afinado y expresivo, un contrato con la grabadora Víctor, para la que registró, el 3 de diciembre, cuatro pía-cas: Ensueño, de Manzi y Sureda; Perdónala, de Soliño, Tontaina y Agnese; Niño bien, de Soliño, Fontaina y Juan A. Collazo, y Che, papusa, oí, una letra de Enrique Cadícamo a la que puso música Gerardo Matos Rodríguez (la relación entre músico y letrista no prosperó porque Cadícamo, sabedor de que en una primera instancia Matos había dudado de los méritos de la letra, le retiró el saludo). Desde entonces y hasta 1942, cuando dio por finalizada su carrera discográfica, Alberto Vila registró ciento tres composiciones, según los rigurosos cómputos del infatigable Roberto Gutiérrez Miglio; cantidad más bien exigua, si se consideran sus aptitudes y su renombre.
La actividad de Vila superó los carriles habituales gracias a las condiciones de actor y de cantante que los cineastas le descubrieron. Fue, ciertamente, estrella de la radiofonía, lo mismo en el Uruguay y en la Argentina, y lo convocaron, como a tantos ilustres artistas, al famoso y consagratorio teatro "Empire" (esquina noroeste de Maipú y Corrientes), donde en 1929 compartió el cartel con la entonces famosísima Josephine Baker, Su actividad cesó, sin embargo, en 1946» después de actuar en su última película. Doce filmó en diez años, desde Radio Bar (1936, director Manuel Romero), hasta Adiós, pampa mía (1946, también de Romero), Su filmografía incluye Sucedió en la Argentina (1942), rodada en Hollywood, con Maureen O'Hara como protagonista. En esa película canta en inglés y en castellano, acompañado por una orquesta que dirigía Lud Gluskin.
También cabe mencionar dos filmes uruguayos, Soltero soy feliz (1938), con Ramón Collazo, y Los tres mosqueteros (1943), con Iris Marga, quien había debutado en el cine argentino en Petróleo (1940) del director Arturo Moma. Recuerda Loriente que las principales escenas de Los tres mosqueteros fueron registradas en las escalinatas del parque Capurro, de Montevideo. Asimismo ha de recordarse su participación en una de las más bellas películas argentinas, La casa del recuerdo (1940, dirigida por Luis Saslavsky), en la que entona a dúo con Libertad Lamarque una agradable canción lamentablemente no llevada al disco.
Julio Sosa y Alberto Vila fueron, sin duda, los dos mayores cantores de tangos nacidos en la otra banda, cada uno con su personalidad y sus méritos, óptimos intérpretes de las canciones de acento recio (Brindis de sangre, Che, papusa, oí) f como de aquellas otras en las que letra y melodía exigen una expresión tierna y melancólica (Margo, Sueno de juventud). En una carrera discográfica de quince años Vila grabó 103 registros; la de Sosa se prolongó durante dieciocho años y acumuló 144 grabaciones.

Ricardo Pedevilla 26 de Septiembre de 2013 -712-

RICARDO PEDEVILLA
(22 de noviembre de 1915) – Bandoneonísta, director y compositor.- Nombre de familia: Ricardo Ángel Pedevilla.


    Comenzó actuando artísticamente aproximadamente en 1934 como integrante del conjunto del bandoneonísta Daniel Álvarez En 1935 acompañó a las cancionistas Elena Lucena y Aída Luz, junto a los músicos Averbuj y De La Fuente, actuando por Radio La Nación (en la actualidad Radio Mitre)
            Con el correr de los años fue integrante de distintas orquestas entre ellas: la de Joaquín (El Negro) Mora, Oscar Rossano,  Miguel Padula, Rodolfo Biagi y Ricardo Malerba.
    En 1950 formó su propia orquesta grabando para el sello Pampa en una modalidad y un repertorio altamente influenciado por Carlos Di Sarli. La misma contó con destacados músicos como Osvaldo Piro, José Dames y los vocalistas Julio Fontana, Mario Luna, Hugo Soler, Roberto Beltrán, Carlos Olmedo, Carlos Yanel, Roberto Manzini,  cantores que no llegaron a grabar. Los que llegaron al disco con esta orquesta fueron: Oscar Serpa, con solo dos registros del año 1950. Mario D´Elia y Luís Omar Zunino en 1951 y Jorge Ortiz  y Hugo Del Valle lo hicieron en 1952.

   Fue compositor de los tangos: “Y Siempre pasa igual”, “Ni la sombra” y “Por ella”.
   
Los títulos de temas, autor, compositor y fecha de grabación se encuentran en los respectivos archivos correspòndientes.


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viernes, 20 de septiembre de 2013

Carlos Di Sarli - Biografía - 20 de setiembre de 2013



Carlos Di Sarli
Cayetano Di Sarli nació en Bahía Blanca el 7 de enero de 1903 y murió en Buenos Aires, apenas 57 años más tarde, el 12 de enero de 1960. Aunque el nombre Cayetano no carecía de tradición tanguera -Cayetano Puglisi, apenas mayor que él, era un ilustre violinista- cambió su nombre de pila por Carlos.
La trayectoria de Di Sarli ha sido investigada y difundida por algunos de sus seguidores (tales Roberto Pietropaolo y Osvaldo Helman). Ellos recuerdan sus estudios en el conservatorio Williams de Bahía Blanca, donde pudo haber sido condiscípulo de Juan Carlos Cobián, que le llevaba siete años, y dicen que entonces ya habían andado por aquella ciudad la orquesta de Roberto Firpo y el dúo Gardel-Razzano. Echo mi cuarto a espadas agregando que allí mismo se ganó Rosita Quiroga, justamente por aquellos días, sus primeros garbanzos y quizá también algún brillantito: la niña tenía 19 años.
Los pininos tangueros de Di Sarli tuvieron por escenario la ciudad pampeana de Santa Rosa de Toay y luego la de su cuna. El hábitat del tango era, sin embargo, Buenos Aires y allí marchó el adolescente, que descendió de un convoy del ferrocarril Sud en 1923, cuando Canaro y Firpo eran sólidas instituciones, Cobián y Fresedo fascinaban a la haute con Mí refugio y Sollozos y Julio De Caro maduraba la formación de su sexteto. Un violinista pionero, José Pécora, que en 1914 ya había grabado con orquesta propia, lo recomendó a Osvaldo Fresedo, en cuya orquesta se incorporó en 1926. Otras actuaciones fueron acendrando su estilo, de raíz fresediana, y en 1928 formó su primer conjunto, con el que grabó T.B.C. de Donato y La guitarrita, de Arólas. Para entonces tocaba en el café "Guaraní" de la calle Lavalle entre Esmeralda y Suipacha. De aquella etapa, que se estiró hasta 1939, son las incorporaciones canoras de Santiago Devin, Ernesto Fama, Fernando Díaz y Rodríguez Lesende.
La gran performance comienza, sin embargo, el 1° de enero de 1939 cuando con su nueva orquesta debuta en la radio El Mundo. Allí incorpora rápidamente al cantor Roberto Rufino, que tenía 16 años. Eran aquellos los días en que D' Arienzo hacía correr a todo el mundo y la orquesta de Di Sarli comenzó cultivando un ritmo veloz, que comenzó a aquietarse hacia 1943. Con peripecias diversas esa orquesta ocupó el primer plano de la actividad tanguísticas (y también de la discográfica) hasta 1956. Por ella pasaron voces tan valiosas como las de Alberto Podestá, Mario Pomar, Oscar Serpa y Jorge Duran, y músicos de la talla de Szyrnsia Bajour, Elvino Vardaro y Roberto Guisado. Dirigiéndolo todo "la formidable mano izquierda del maestro, marcando un ritmo de tango de sencilla estructura y comunicativa emotividad" (Luis Adolfo Sierra dixit). Julián Plaza, que se incorporó en esa orquesta en 1956, recuerda que Di Sarli lo hacía todo, comenzando por los arreglos, y que tocaba los tangos como los había hecho el autor, matizándolos un poquito; los ligados, el staccato y el matiz definían su estilo, sobre la base pianística que ponía el propio director.
Como autor, Di Sarli dejó dos grandes clásicos, Milonguero viejo [1926) y Bahía Blanca (1958), además de una fecunda colaboración con el excelente letrista (y ex cantor) Héctor Marcó,
Cuando los admiradores de Troilo colocaron en el viejo "Marabú" una placa memorativa del debut de la orquesta de su ídolo, los de Di Sarli no tardaron en colocar otra, también muy merecida, puesto que ese lugar había sido su gran reducto porteño. Hicieron bien. Los dos -Troilo y Di Sarli- son figuras emblemáticas de la Guardia del cuarenta. Jocundo y comunicativo el uno, austero y huraño el otro; abierto Troilo a la juventud renovadora; aferrado Di Sarli a su fresedismo incandescente, ambos a dos enriquecieron al tango e inscribieron su nombre, con parejos perfiles, en la historia de la música popular de los rioplatenses. Si Plutarco viviera relataría sus vidas paralelas.








lunes, 16 de septiembre de 2013

Los Solistas de D´Arienzo 16 de Septiembre de 2013- 1075-

Los Solistas de D´Arienzo
  
Al producirse el alejamiento de Héctor Varela en la orquesta de D´Arienzo (1950), ingresa a la misma Carlos Lazzari , este bandoneonista estaría vinculado junto al “Rey del Compás” durante 26 años. El 14 de Enero de 1974, al fallecer Juan D´Arienzo, se disuelve en forma total la orquesta.  

     La creación de “Los Solistas de D´Arienzo”, ya venía desde hacía dos años, cuando en 1972, el mismo D´Arienzo le propone a Lazzari la creación de un conjunto reducido, debido a que el director se encontraba cansado y además afectado por el fallecimiento de su esposa. Fue así que con Normando Lazzara en el piano, Milo Dojman como violinista, Enrique Guerra en contrabajo y Lazzari en bandoneón, se forma el conjunto.
Tenían en esa etapa inicial dos cantores, Osvaldo Ramos y Alberto Echagüe.
El material hoy publicado de Los Solistas de D´Arienzo, pertenece a uno de los últimos álbumes grabados por el conjunto, por supuesto que el personal ya no era el mismo. Colaboraron en este trabajo: Héctor Guri en contrabajo, Carlos Lazzari , bandoneón, Alfredo Montoya en el piano, y Daniel Margenat como violinista. El cantor fue Walter Gutierrez.

 Cabe destacar que el conjunto llevó su nombre original hasta 1983, fecha en que por asuntos legales cambiaron por “Los Solistas”.



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domingo, 8 de septiembre de 2013

Carmen Calderon - BIOGRAFIA- 8 de setiembre de 2013


                                                   CARMEN CALDERON
Carmen Micaela Risso de Cancellieri declara ahora 93 años, aunque algo sugiera que se le cayó una sota. Lo que importa es que sigue moviendo les gigots con la agilidad de aquellas francesitas que por agitarlas con brío eran llamadas gigolettes. Es la más famosa bailarina de tangos, más que una Mistinguette nacida sobre la avenida La Plata al 900, una versión canyengue de María Ruanova.
La más famosa y tal vez la primera. Porque aquellas señoras citadas por Viejo Tanguero, apodadas Pepa la chata o María la tero, y aún la misma Carmen Gómez, hacían del tango un simple aperitivo de otros menesteres. Fuera de las academias y peringundines no se encontraban bailarinas de tango, y en ocasiones tan conspicuas como el concurso del "Palace Theatre" (1913) hubo que reclutarlas entre las actrices y coreutas de la escena hispano-criolla. El Cachafaz tenía por partenaire una bailarina española -Isabel San Miguel- cuando, en 1933, José Giambuzzi el Tarila le presentó a Carmen, si bien por entonces ya se lucían en los salones la Cachito y la Flaca Esther.
Carmen había aprendido a tanguear con su padre y su hermano, apasionados tangueros. Con sus hermanas menores iba a los bailes suburbanos, más como gobernanta que como bailarina. Pero una noche bailó, alguien reparó en ella y le bocinó a El Cachafaz. Éste tenía su academia sobre la calle Lavalle, próxima a Callao. Del mejor modo posible despidió a la San Miguel, como había despedido ya a Emma Bóveda y a Elsa O'Connor, y contrató a Carmen. Ese mismo año debutaron en el cine de San Fernando, con la orquesta de Pedro Maffia. Y con El Cacha continuó bailando Carmen hasta la noche fatídica del 13 de febrero de 1942, cuando, en el Rancho Grande de Mar del Plata, entre tango y tango, justo a las 23,15, el hombre hizo mutis abrazado a la muerte. Cuando había tomado a Carmen por compañera ya tenía 48 años. La vida le había enseñado mucho, sobre todo en las arduas cátedras que dicta por la noche. Carmen tampoco era una adolescente. Tenía su personalidad y ya adornaba sus propios pasos con triplicaciones, caminados y chaíreos de su inventiva. El Cacha la dejaba hacer. Y la dejaba opinar: Para mí el tango no es triste. Cada tango me trae un recuerdo feliz, declaraba en agosto de 1941. Y el cronista comentaba: Carmencita nos ha defraudado. Salimos a buscar una Francesca Berttni de Puente Alsina y nos encontramos con una maestrita que, sintiendo el llamado de la milonga, colgó su título y se largó por el mundo a enseñar el tango. Carmencita piensa y siente, habla y ríe. Es humana. Es alguien. No es algo.
Muerto El Cacha comenzó a bailar con El Tarila. También lo hizo con José Méndez, en el programa Ronda de Ases, de la radio El Mundo. Formó pareja con José Baña, con Carlos Almada, con Alfredo Núñez y; ocasionalmente, con infinidad de admiradores, siempre feliz y esperanzada en medio de las mayores desdichas. En 1964 tomó por compañero a Juan Averna, bastante menor en edad, y demostró que una bailarina de las de antes (ella, en todo caso), puede llevar a un bailarín joven. En 1975, la Academia Porteña del Lunfardo honró a ambos otorgándoles la Medalla de Plata que los acredita como amigos, en el curso de una velada memorable ofrecida en el Centro cultural General San Martín...

Escribo esto el 23 de agosto de 1998. Ayer Carmen bailó en una academia de la Policía. Lástima que no estuviera Saura, para enterarse del carisma de esta mujer única, él, que la soslayó en su película Tango; para que viera cómo la aclamaban, y la besaban, y ella seguía en pie, desafiando el aluvión de cariño que se despeñaba desde los corazones... ¿A los 93 años? Dar favor, la verdad no está en el almanaque. La verdad está en un tango que le escribí: Carmencita Calderón, vos sos la piba sin tiempo, milonguera de alto rango, sos eterna como el tango que te lleva en su compás...

domingo, 1 de septiembre de 2013

Carlos Dante - Biografía - 1 de setiembre de 2013

                                            
                                               CARLOS DANTE
Carlos Dante Testori nació en Buenos Aires, en el barrio de Boedo, el 12 de marzo  de   1906 y  murió  en la misma ciudad el 18 de abril de 1985.
El 19 de noviembre de 1928, Juan D' Arienzo, respondiendo a una encuesta de la revista La canción moderna acerca de « ¿Qué cantor prefiere?», decía: Gardel Dante -que corea los tangos de mi orquesta en los discos Electra-, Charlo, Gómez. Dante había comenzado a grabar discos con la orquesta de D' Arienzo en 1928, cuando tenía 22 años y el maestro, seis más. Cuando D' Arienzo lo recibió en su conjunto, por decisión de la grabadora, ya había cantado con Pracánico, con Maffia y otros distinguidos músicos, e inclusive había grabado para el mismo sello acompañado de guitarras. Grabó 35 composiciones y al año siguiente -1929- se fue a Europa con el guitarrista, contrabajista y medio cantor Rafael Canaro, hermano del Káiser y coautor, con él, de Sentimiento gaucho. Dante recordaba, en su hermosa vejez: «Como de que sí, me casé antes con Celia Alonso, mi compañera de toda la vida. Fueron tres años y medio, aunque habíamos viajado con un contrato de seis meses». Toda Europa era un buen mercado para el tango y Dante se hizo escuchar en París, en Niza, en España -donde grabó 36 piezas con la orquesta de Rafael Canaro, según datos del providente Gutiérrez Miglio-.
Luis Adolfo Sierra ha registrado una anécdota cuya veracidad, como la de todas las anécdotas, es siempre cuestionable: que después de cantar en el "Garrón", con la orquesta de Manuel Pizarro, Dante vio acercarse a un caballero que le dijo en buen castellano: Es usted un excelente cantor de tangos. No cambie nunca su manera de cantar: Al tango hay que decirlo, no gritarlo. El caballero era el célebre barítono Titta Ruffo, quien, aunque no era pianista, dio en la tecla: Dante decía el tango, pero lo decía con una exquisita musicalidad y una bella voz de tenor. Si uno le
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hubiera dicho cantor refinado no habría expresado adecuadamente su espíritu tanguero; pero hecha la salvedad bien podría hablarse de su refinamiento.

El regreso se produjo hacia 1933. Buscó oyentes, entonces, en el café "Germinal" , donde zapaba de 13 a 24 hs. Debía cantar más de treinta piezas, «bastantes más que las que componen un recital de los de hoy». Se cansó y se fue a trabajar en YPF. Sin embargo, en 1936, Agustín Irusta lo convenció para que formara dúo con Pedro Noda, a quien Agustín Magaldi -famosísimo entonces- lo había dejado sin primera voz. Con el dúo no pasó gran cosa, y encaró su tarea en las orquestas de Caló y de Vardaro como una ayuda de costas. Recordaba luego: Cuando decidí poner el punto final a mi vida de cantor, Alfredo De Angelis, ese Colorado de corazón grande, me va a buscar a mi casa, y me convence para que forme parte de la orquesta, por lo menos para que viera si podía vivir del canto. Sustituí nada menos que a Floreal Ruiz. Estuvo trece años con De Angelis, compartiendo éxitos con Julio Martel y con Oscar Larroca. Grabó en ese lapso ciento treinta y nueve composiciones (Gutiérrez Miglio dixit). Uno tenía la sensación de que Dante era demasiado cantor para aquella orquesta, desconsideradamente minimizada por algunos, pero entrañablemente popular. Al fin, todos los tangos hacen el tango, porque la tanguedad casi nunca se da entera. Y aquella entente de un cantor admirado por Titta Ruffo y una orquesta que se mantenía conmovedoramente fiel al avatar más popular del tango dejó no sólo un recuerdo grato, sino 139 lecciones de canto grabadas en disco. Diez años -acotaba Sierra- en aquel inolvidable programa cotidiano Glostora Tango Club. Trece años con De Angelis. Los mejores de Dante. Luego, en 1957, formó dúo con Oscar Larroca; duró poco la nueva orientación artística. Y él, Dante, confesó: «Cuando decidí largar tenía resto. Pero pudieron más la prudencia y el buen sentido que la vanidad y esas cosas. Me retiré a tiempo. Eso quiero que digan, decía mi hijo. Y teníamos razón ambos...». Hoy los tangueros le estaríamos diciendo, si en lugar de vivir ochenta bellos años, hubiese alcanzado algunos más: «Gracias, Dante, por todas y cada una de sus lecciones de canto. Gracias, principalmente, por su bella lección de vida».