Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi

Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi
Tango, Radio y más Historias, blog distinguido por su aporte a la difusión del Tango, sus autores e intérpretes.

lunes, 21 de octubre de 2013

Ernesto Ponzio - Biografía- 20 de octubre de 2013


                                                    Ernesto Ponzio

Ponzio (El Pibe Ernesto) nació en   Buenos   Aires,   probablemente el   10 de julio   1885, y murió el  21  de octubre de   1934 en su casa de Banfield (provincia de   Buenos   Aires),   junto   a   su esposa, Adela Savino,  con  quien se había casado en 1906.
Pertenecía a una familia de músicos (su padre era profesor de arpa y su tío, violinista). La orfandad lo llevó a demostrar por las cantinas lo que estaba aprendiendo en el conservatorio Williams, es decir, tocar el violín. Cuando tenía trece años tornó del aire una melodía y compuso con ella Don Juan. Luego tocó hasta 1911, en varios conjuntos, alternando con músicos no carentes de cierta fama: Eusebio Aspiazú, Juan Carlos Bazán e inclusive Eduardo Arólas (trío Ponzio, Arólas, Thompson, 1910). De ahí en más fue atrapado por la marginalidad.
El Pibe pasó muchos años en la cárcel. Miguel Ángel Lafuente, estudioso de corta pero enjundiosa labor, que tiene en sus manos importante documentación relativa a Ponzio, pasa un poco por encima la peripecia carcelaria del músico, pero no tanto como para no informarnos que a éste se le fue la mano la noche del 18 de enero de 1924 en un lenocinio o fírulo del barrio rosarino de Pichincha, y descerrajó un balazo a Pedro Báez, matándolo ípso facto.
Lo condenaron a 20 años de prisión y, por reincidente, a reclusión por tiempo indeterminado en territorios del Sur. Según Lafuente, formó un conjunto musical en la cárcel, pero no hay mayor referencia sobre ello. Lo que sí se sabe es que en 1928 ya estaba nuevamente en circulación, tal vez porque el presidente Marcelo T. de Alvear, el aristócrata más democrático que ha tenido nuestro país, ejerció con el Pibe sus facultades soberanas de conmutar penas e indultar.
Lo cierto es que Ponzio, criado en el malevaje y hombre de sangre caliente, ya había conocido más de un calabozo. Hombre simpático, pero de mala hiel y de alma cerrada, se dejaba arrebatar por su genio, que no toleraba agravios. No era un compadre capaz de no alzar la voz y de jugarse la vida, como Jacinto Chiclana; más bien era capaz de quitársela a otro, a puro bufonazo. Hombre de dedo ágil, y alma torva, aunque por rachas más bien perdonadoras, era temido por unos, esquivado por otros y querido por algunos.
Ya en Buenos Aires, en 1932 formó en la Orquesta Típica de la Guardia Vieja, que Juan Carlos Bazán organizó para ofrecer un espectáculo en el teatro Nacional, en contrapunto con la Roberto Firpo, presentada como moderna. Se lo ve también en la película Tango (1933). Estuvo musicalmente activo hasta su muerte, que lloraron, con óptima prosa los escritores porteños de mayor enjundia: Nicolás Olivari, José Antonio Saldías, Enrique González Tuñón.

Su obra no es vasta: algunos tangos de autoría cuestionada (Don. Juan, Ataniche), otros como Quiero papita o Culpas ajenas (con letra de Jorge Curi, que le grabó Gardel). Dicen los que saben que fue quien introdujo el pizzicato en la interpretación tanguera, pero tal vez más que a la historia del tango, El Pibe Ernesto (que se pasó la vida reclamando la paternidad de El entrerriano) pertenezca a la leyenda. Y la leyenda es la flor de la historia.

domingo, 20 de octubre de 2013

Oscar Bassil 20 de Octubre

OSCAR BASSIL
(18 de agosto de 1930 en Buenos Aires) – Bandoneonísta, compositor y director – Apodo: El Turquito
Se inició como músico en la orquesta de Roberto Severino en el año 1939. En 1942 colaboró en el conjunto  de Félix Guillán, en unos de esos bailes que se daban en el Palermo Palace. Durante toda su trayectoria artística trabajó en distintas  orquestas: Osmar Maderna, Atilio Stampone, Héctor Varela, Luciano Leocata y Fulvio Salamanca.
 En 1949 se vinculó con Francisco Canaro, manteniéndose en la misma durante quince años, con esta orquesta  viajó a Japón  con La Embajada del Tango, en una gira que duró desde el 25 de Noviembre hasta el 31 de Diciembre de 1961, completaban la fila de bandoneones: Domingo Federico, Ambrosio D. Scapola y Antonio Germade.
 Este era el segundo viaje de Bassil a Japón, ya que el primero lo realizó con la “Embajada Argentina del Tango” en 1954. En 1990 realiza su tercer viaje como director de “La Orquesta Símbolo Francisco Canaro”, completando con una cuarta gira en 1992 al frente de su orquesta y llegando a grabar un disco larga duración en una de sus actuaciones en vivo en la Ciudad de Osaka.
              Estuvo incorporado a los canales 7 y 13 de televisión. Pero lo más fundamental de su carrera fue cuando tuvo a su cargo la Banda de la Armada Argentina con la cual recorrió el mundo ofreciendo su espectáculo Tango a Bordo.
             Compositor de varios temas: “Orillera” con letra de Ivo Pelay, “Esquina de antaño” una milonga instrumental,  “Compás de espera” entre otros.
              El cine nacional contó con su participación en dos películas: "Otra cosa es con guitarra" en 1945, y "Al compás de tu mentira" en 1951.
              Uno de sus últimos trabajos  realizados fue la grabación de un compacto realizado en el año 2000 y presentado el 6 de mayo de ese año bajo el nombre de Quinteto Pirincho. En este disco Bassil mantiene el estilo de Canaro y en algunas de sus versiones contó con la participación del  cantor Alberto Golán.
               Durante los últimos años Bassil se encontraba radicado en la Ciudad de Mar del Plata.

Las siguientes grabaciones fueron realizadas en la Ciudad de Osaka en Japón en el año 1992.


MED- DESCARGA OSCAR BASSIL EN JAPON




















viernes, 18 de octubre de 2013

Angel Cárdenas 18 de Octubre

ANGEL CARDENAS  
(17 de julio de 1927 en Chacabuco  Provincia de Buenos Aires – 4 de Diciembre de 2005) – Nombre de familia: Angel Bartoli - Cantor – actor y compositor.
Se inició como cantor de tangos y canciones criollas a principios de 1940 con un acompañamiento de guitarras. También para esos años comienza su labor en radio y locales nocturnos. Realizó giras por el interior de país y estuvo vinculado a una importante empresa cinematográfica como actor de la misma. 
El 2 de mayo de 1956 se vincula a la orquesta de Troilo y con su definida voz de tenor, abarca un repertorio que había sido característico de Floreal Ruiz y de Aldo Calderón.  Grabó con Pichuco 16 discos a partir de Julio de 1956, siendo tres a dúo con Goyeneche. Entre sus interpretaciones sobresalen, Te llaman Malevo,  ejemplar grabación del año l957. Cesó su permanencia en ésta orquesta a principios de 1960. Luego, se vincula a la orquesta de Titi Rossi, realizando giras por Centroamérica y Estados Unidos.   Intervino en las películas nacionales: Sabaleros y Juvenilla.  Su último trabajo en el disco quedó impreso en marzo del año 2000 en un CD al que lanzaron a la venta con el nombre de Siempre Angel Cárdenas.
De su obra de compositor le pertenecen: “Entre tangos y milongas”, “Frente a frente con la vida”, Milongueando y varias obras más.

Ángel Cárdenas en la orquesta de Aníbal Troilo, todas su grabaciones.

Los títulos, autor , compositor y fechas de grabación de encuentran en los respectivos tags correspondientes.

MED- DESCARGA ANGEL CARDENAS

viernes, 11 de octubre de 2013

Dante Linyera - Biografía - 11 de octubre de 2013

                                                      Dante  Linyera
Bautista Rimoli -que se firmó alternativamente Dante A. Linyera (por alusión a Dante Alighieri), Carlos Onofre Alvear y Arnaldo Demos- nació en Buenos Aires el 2 de agosto de 1902 y murió en la misma ciudad el 14 de julio de 1938. Casi un mes más tarde, el 8 de agosto, el diario Noticias Gráficas informó sobre su muerte. Fue uno de los colaboradores iniciales de nuestro diario, decía, después de llamarlo émulo de Betinotti y agregar que dejó de existir en un anonimato cruelmente incompatible con la vasta labor desarrollada.
Muchacho de barrio, con aspiraciones literarias que manifestó leyendo vorazmente y versificando a destajo, aprendió a medir sus versos cuando Álvaro Yunque le enseñó a hacerlo. En 1923 los publicaba ya muy originales, e impregnados de un pesimismo que resultaba discepoliano avant lalettre, en la hoy legendaria revista El alma que canta, fundada por Vicente Buquieri (en realidad, Buccheri). Luego hizo teatro del que más tarde se llamaría independiente, vio impresas sus poesías en publicaciones diversas, y el 26 de abril de 1928 editó el primer número de La canción moderna, una especie de réplica de El alma que canta. De ese mismo año es su folletito ¡Semos hermanos!, en el que reúne algunos de sus poemas.
Dante A. Linyera escribió buen número de letras de tango, entre ellas la de Pajarito, a la que él mismo puso música, que Carlos Gardel grabó en abril de 1930. Alberto Castillo también dejó una versión fonográfica de esta pieza. Fue asimismo autor de la letra de Boedo, el gran tango de Julio De Caro, con cuya orquesta lo estrenó Roberto Díaz, en el cine Renacimiento, el 8 de octubre de 1928. El mismo Díaz repitió la grabación, con guitarras, cantando la letra íntegra, el 18 de abril de 1929. También grabó este intérprete, con guitarras, Cocoliche (abril de 1930), y con la orquesta de Luis Petrucelli, Pestañas negras. Floridita de arrabal hermosa letra dedicada a la calle Boedo, fue estrenada en 1928 por el dúo Recio-Precona. Otra grabación memorable es la que Carlos Dante hizo de Si volviera Jesús, con la orquesta de Miguel Caló, en setiembre de 1935. La orquesta de Julio De Caro grabó, a su vez, aparte de tres versiones -todas sin canto- de Loca Bohemia, (sobre la música de Francisco De Caro), Cómo nos divertimos, con estribillo cantado por Luis Díaz, Hasta el otro carnaval, con el mismo chansonnier, y Yo me quiero divertir, sin canto. Otras letras de Linyera son también las de A la francesa, con música de Enrique Mónaco; Ridi, pagliaccio, musicado por Alberto Cima; Yo soy el payaso, música de Alfonso Lacueva; Milonga del bien perdido, en colaboración con Ángel Greco, etc.
Rimoli, que fue un notable poeta popular, de una fecundidad admirable, capaz de tocar temas muy disímiles y de escribir en verso o en prosa con igual facilidad, no fue, en cambio, un gran letrista. Más que como tal, merece ser recordado -y honrado-corno difusor del tango, esa creación maravillosa de Buenos Aires que amó entrañablemente y a la que dio mucho más que cuanto recibió de ella. Su revista, sabiamente administrada por Julio Korn, se convirtió en Radiolandia cuando el mercado así lo exigió. Para entonces, Linyera ya estaba esperando la muerte en el manicomio, allí donde también la esperaron y la recibieron Pascual Contursi y Eduardo Escáriz Méndez. Él había alentado, en 1928, la carrera tanguística de Discépolo, al que llamó filósofo antes de que otro lo hiciera, y con quien compartía la misma cosmovisión pesimista y esperanzada a la vez.

Desde las páginas de La canción moderna, muy leídas, promovió sin egoísmo a multitud de músicos, de poetas, de intérpretes. Otro, tal vez, en su lugar, y que fuera, como él, un letrista de discreto para arriba, habría colocado gran número de criaturas suyas en los repertorios de los músicos, de los cantores y de las grabadoras. Linyera no lo hizo; las grabaciones de sus piezas son escasas. Como un sanmartiniano del tango lo dio todo sin pedir nada. Este año, 1998, la Academia Porteña del Lunfardo y la Academia Nacional del Tango entregarán, en forma conjunta, el título de Benemérito del Tango a un admirable estudioso, crítico y difusor radicado en Chivilcoy; Gaspar J. Astarita. Creo que el mismo título habría que otorgar, con carácter póstumo, a Dante A. Linyera.

martes, 1 de octubre de 2013

Ciriaco Ortiz - Biografia - 1 de octubre de 2013 -75-


                                                                   Ciriaco Ortiz

Ángel Ciriaco Ortiz nació en Córdoba el 5 de agosto de 1905 y murió en Buenos Aires el 9 de julio de 1970. Con mejor derecho que de Malena podría decirse de Ciriaquito que sus venas tenían sangre de bandoneón, pues su padre era un consumado ejecutante de ese instrumento, y a fines del siglo 19. Aquel Ciriaco legendario fue el maestro de Ciriaquito.
No tenía 20 años el morochito cuando emigró a Buenos Aires, persuadido por el pianista Nicolás Vaccaro, autor de Barajando, de que en la capital le esperaba su destino. Pronto halló conchabo en la orquesta de Juan Carlos Bazán, y de allí en más hizo el camino de todos los músicos de tango, camino lleno de meandros, de recodos y de ritornelos. Su fama de bandoneonista fue creciendo a la par que la de sus chistes y chascarrillos, que parecen ser lo más recordado de sus andares y quedares. Felizmente, el fraseo moroso y coloquial que cultivaba, chamuyeta y querendón, como de tardecita provinciana bajo la parra hospitalaria, perdura en grabaciones encantadoras. ¡Qué macana habría sido que Ciriaquito naciera antes que Edison! Pero no; tuvo la precaución de comenzar a grabar sus discos -el 15 de setiembre de 1929, para más señas-, cuando el sabio ya había perfeccionado el gramófono. Formó para ello un trío con los guitarristas Vicente Spina (autor de el vals Tu olvido) y Ramón Andrés Menéndez. Para entonces ya había fraseado en la orquesta de Roberto Firpo e inclusive había formado un pequeño conjunto en el que tenía de ladero a Luis Petrucelli, alejado del sexteto de Julio De Caro, donde lo reemplazaría Pedro Laurenz.
En el después de aquel momento cenital -el de la formación del trío-, cabe una fecunda estada en la orquesta de Francisco Canaro, su actuación en el sexteto Vardaro-Pugliese, su desempeño en el Quinteto de Ases, diseñado por Homero Manzi (cuatro fueyes: Maffia, Marcucci, Laurenz, Ciriaquito; un piano: Piana), y en el Trío Número Uno de Radio El Mundo, junto a Cobián y a Cayetano Puglisi, y en el quinteto Los Virtuosos (Marcucci, Julio y Francisco De Caro, Elvino Vardaro). Además deben contarse la música que puso a los alejandrinos de dieciséis que le dio Celedonio Flores con el título Atenti, Pebeta, tango que difundió Alberto Gómez (1929), y algunas otras. Su cursas musicus es extensísimo. Fueron 40 años de trajinar con las botoneras en ambas márgenes del Plata, y también muy lejos del estuario color de león, de inventar chistes y de ejercer con virtuosismo inigualado el arte de hacerse querer.

Mi memoria rescata un reportaje que alguna vez le hice para una revista porteña. Yo lo había descubierto cuando modulaba con su bandoneón sin segundo, como silabeando la letra de Mano a mano, sentadito al frente de una orquesta muy numerosa dirigida por Marianito Mores (años 50, teatro que se llamaba por entonces "Enrique Santos Discépolo"), ciertas noches de "El Viejo Almacén", donde disfruté la hospitalidad del gran Edmundo Rivero (y espero no haber abusado de ella), cuando su fueye le chamuyaba no sé qué cosas rantifusas a la guitarra de Edmundo Zaldívar... Bella alucinación la que me lo presenta ahora, desovillando con su derecha la melodía inefable de Los pájaros perdidos, mientras Astor se esfuerza en vano por enredarlo en los acordes endiablados que teje su izquierda entre traviesa e insurgente... Quizás alguna vez -si, como escribió Julián, hay un mundo pa' los que se piantan- el buen Dios me dé el gusto de ese concierto que sólo su omnipotencia podría hacer posible.