Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi

Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi
Tango, Radio y más Historias, blog distinguido por su aporte a la difusión del Tango, sus autores e intérpretes.

martes, 21 de mayo de 2013

Charlo 21 de Mayo de 2013- 229-







Disco vinilo de la Discográfica DM, con el último trabajo realizado por Charlo en lo que refiere a grabaciones discográficas. Una verdadera joya en la voz de este gran cantor que en toda su carrera llegó a dejar 1002 registros y aún mantenía para esos años todo el color y la frescura de su voz.

lunes, 20 de mayo de 2013

Sebastián Piana - Biografia -20 de mayo de 2013

                                                                       


SEBASTIAN PIANA

Sebastián   Piana   nació   en Buenos Aires,  en el barrio de    Almagro,     el     26    de noviembre de 1903 y murió en la misma ciudad el 17 de julio de 1994.
Cuando se inició en el tango, a los 15 o 16 años, tallaban todavía gloriosos orejeros (músicos que ignoraban la escritura musical), como Vicente Greco, Agustín Bardi, Eduardo Arólas o José Martínez. Piaña fue de los primeros tanguistas en encarar con seriedad los estudios musicales. Lo hizo primeramente en el conservatorio de Antonio D' Agostino (maestro, también, por los mismos años, de Osvaldo Pugliese). Recibido como profesor de piano y solfeo, Piaña estudió armonía con el padre Martín Cazzaniga, organista del santuario de María Auxiliadora, también en Almagro. Luego, continuó con Juan Francisco Giacobbe, un brillante musicólogo asimismo almágrense. Pero, puesto que su sueño era ser concertista, decidió perfeccionar sus conocimientos pianísticos con uno de los mayores músicos argentinos, Ernesto Drangosch, y era su alumno cuando aquel gran maestro murió, a los 43 años, en 1925.
En 1922 obtuvo el segundo premio en el concurso abierto por los cigarrillos Tango, con Sobre el pacho (letra de José González Castillo) y en 1923 Azucena Maizani le estrenó Silbando, escrito en colaboración con Cátulo Castillo, con versos del mencionado poeta. Tres años más tarde, también con Cátulo, musicalizó un poema de Hornero Manzi, El ciego del uiolín, que, conver-tido en el tango Viejo ciego, abrió una nueva época en la letrística tanguera. En 1934 obtuvo, otra vez con versos de Manzi, un gran éxito, El pescante, y, entre centenares de composiciones de diversos tipos, compuso, en 1943, su obra maestra, Tinta roja, a la que aplicó versos Cátulo Castillo.
Piaña es, por sobre todo, el creador de la milonga urbana. En la historia tuvieron que ver Manzi y Rosita Quiroga. Manzi pidió un día a Rosita -super estrella de la Víctor argentina- que le cantara un tango. "Traéme, una milonga, che" , le contestó Rosita. Manzi recurrió a Piaña y éste aceptó el desafío, pero él no podía hacer una milonga como las que cantaba Rosita que tenían una sola parte musical, repetida según la extensión de la letra. Pensó en el desarrollo musical que Alberto Williams había dado a la milonga campesina y lucubró algo que fuera bipartito, como el tango; que mantuviera una escritura popular y que trasuntara un dejo arrabalero; ese dejo arrabalero que el tango ya casi había perdido. Compuso una música, le gustó y se la llevó a González Castillo. En tanto, Manzi lo apremiaba, ansioso por complacer a Rosita. Tanto lo apuró que un día Piaña se sentó al piano y compuso una nueva milonga sobre el corte de la anterior. Se la dio a Manzi, quien la convirtió en la Milonga sentimental y se la llevó desalado a la gran cancionista, pero a ella no le gustó lo bastante. Y así se quedó, sin estrenar, hasta que un cuarteto de actores la interpretó en un pasacalle del teatro "Casino" y, luego, la orquesta de Pedro Maffia (cuñado de Sebastián) la incluyó en su repertorio con arreglo de Giacobbe; tras cartón, le aplicó la voz de Rosita Montemar, que fue la primera cancionista que entonó los bellos versos de Manzi.
Cuando Piaña le llevó a Canaro la Milonga sentimental, el autor de Sentimiento Gaucho le dijo: "¡Pero esto se parece a un tango! Vamos a llamarlo milonga tangueada". Para Canaro había nacido una subespecie musical, un tipo especial de milonga; para Piaña había nacido una nueva especie musical: la milonga urbana.

domingo, 19 de mayo de 2013

Hugo Diaz 19 de Mayo de 2013-249-


HUGO DÍAZ

(4 de diciembre de 1947 – 25 de octubre de 1998) – Bandoneonista, director y compositor.
Este CD data  del año 1996 bajo el título de álbum Divina. Los registros están a cargo del trío de Hugo Díaz y lo acompañan en esta oportunidad Ciro Perez (guitarra) y Horacio Cabarcos (Contrabajo).
Artista Uruguayo que estudió desde muy joven con verdaderos maestros como: Carlos Veloso y Rene Marino Rivero.
Sus primeras actuaciones las realizó en la Orquesta de Rogelio Coll, pasando más tarde a Los Ruiseñores del Tango. Fue también acompañante de grandes figuras del tango en actuaciones que se realizaban por Canal 4 de Montevideo.
A mediados de los años setenta realizó una gira por Brasil, regresando al Uruguay en 1978 donde participó junto a Cesar Zagnoli en un destacado programa de televisión que se emitía por Canal 5 SODRE.
Desde 1988 a 1890 viajó a Alemania donde además de realizar distintas actuaciones grabó dos CD. Para finales de 1992, volvió a realizar una gira que abarcó esta vez, Francia, Alemania, Suiza y Noruega.
En Uruguay  fue integrante la Orquesta Filarmónica Municipal, durante muy cortos períodos.
            Hugo Díaz falleció en Alemania,  muy joven, tenía 51 años de edad.

Los títulos de temas, autor y compositor se encuentran en los tags correspondientes. 


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martes, 7 de mayo de 2013

María Luis Carnelli


MARIA LUISA CARNELLI, PARA EL TANGO "LUIS MARIO" ó "MARIO CASTRO"


Quizás porque ama la libertad, porque quiere a todo aquello que nace del corazón y que no es una imposición, quizás porque se adelantó sin pensarlo a su época, María Luisa Carnelli fue una de las primeras(o la primera) y la más fecunda letrista de tango. Pero en su trayectoria, Hesse fue apenas un aspecto lateral. Porque su exultante vida interior la empujó hacia otras múltiples 
actividades, que la distinguieron de otras mujeres. Claro, seguramente será difícil asociar su nombre con el tango. Mucho más sencillo sería advertir que ella fue "Luis Mario" o "Mario Castro", según la ocasión. Que fue la autora de Cuando llora la milonga, de Se va la vida, de El malevo, de Linyera, y de tantas otras
letras que, si llevaron una firma masculina, fue solamente por acatar una estricta prohibición paterna.

 
Maria Luisa Carnelli 
 —Nací en La Plata al terminar el siglo, en la calle 47 entre 1 y 2, a media cuadra del bosque... cuando era realmente un bosque. Allí aparecían de tardecita una india y un individuo del tipo del malevo, medio mestizo, de sombrero y pañuelo, y caminar encorvado y bamboleante.
Lo tengo muy presente, porque siempre me impresionó como la pinta del verdadero malevo.
Para llegar al colegio, tenía que cruzar las vías del tren, que todavía atravesaba la diagonal 80. La escuela quedaba en la calle 46. Yo me quedaba mirando el río desde sus ventanales, en el segundo piso. Siendo muy chica, me acuerdo de habernos hecho la primera rabona con una compañerita. Su padre tenía caballos. Y nos fuimos a cabalgar, hacia el lado del río... Desde muy chica me gustó el tango. Mis hermanos éramos diez, en total—, lo escuchaban en un fonógrafo a escondidas, porque mis padres no querían de ninguna manera que esa música entrara a casa. Entonces quitábamos la bocina para que apenas si se pudiera escuchar los discos, que mis hermanos compraban por dos pesos. Cierta vez, mi hermana tuvo la ocurrencia, de bailar un tango en una casa de familia. Mi padre le dio un tremendo castigo.
— ¿Cuándo empezó a escribir?
—A los doce años, recuerdo haber escrito unos versos dedicados al "caudaloso" río Sarandí... que apenas si era un arroyo. De todas formas, lo envié al diario El día, donde me lo rechazaron. 'Por supuesto, salí ofendidísima, porque me pareció que estaban cometiendo una injusticia. Claro que ya desde pequeña escribía versos. Posteriormente, y simultáneamente con mi interés por escribir, cursé el Liceo, el Normal y me casé. Entonces comencé mi trayectoria como periodista.
Empecé haciendo colaboraciones en El hogar. A partir de allí, trabajé en todas las revistas y diarios de Buenos Aires.


— ¿Y los tangos, cuándo llegan?
—Estando en Noticias Gráficas.
En 1927, el Malevo Muñoz tenía que hacerle una letra a Julio De Caro para el tango El malevo. Como no escribía tangos, se lo llevó a Enrique González Tunan. Y éste, que nunca hizo un poema quien los hacía era su hermano, Raúl—, a la vez me lo derivó a mí. Entonces lo escribí. Lamentablemente, De Caro en sus memorias cita al Malevo Muñoz como autor del tango, cuando en realidad lo escribí yo.
Después, con Edgardo Donato, compuse Se va la vida. Fue hacia1929. Con este tema pasó algo muy gracioso. Con Donato hicimos un monstruo para una casa de artículos sanitarios, que pagaba quinientos pesos por la propaganda. Como no se entendieron Donato y el propietario de la firma, señor Escala, tuve que volver a hacerle letra.
Como en aquel momento casi todos los tangos llevaban letras lunfardas y yo ya conocía ese lenguaje por mis hermanos y por el ambiente periodístico, tenía que usarlo. En ocasión de un homenaje a Filiberto, se sentó a mi lado Last Reason.
En dicha reunión, la orquesta invitada para tal acontecimiento tocó Se va la vida. Entonces Last Reason me dijo que era un tango realmente lindo, a excepción de la letra, sin saber que la había compuesto yo. Lo dejé despacharse contra la letra un largo tiempo... hasta que al final le dije que era mía. Ese tango se impuso en España, llevado por Azucena Maizani. Allá gustó mucho, a tal punto que Manuel Pizarro, en cierta ocasión me comentó que los tangos que más solicitaban
eran La Cumparsita, Adiós muchachos y Se va la vida.
— ¿Qué otros intentos por re vitalizar el tango realizó?
El tiempo me hizo apreciar que el tango decaía en el interés popular.
No lo decía yo, sino las cifras que percibía por los derechos de autor.
Entonces, con Sebastián Piana, decidimos darle al tango un nuevo sabor, creando otro ritmo. Estaba el compromiso, además, de seguir manteniéndolo en el exterior,
donde día a día iba decayendo.
Lo planteé con Piana y surgió una melodía que no era jazz ni tropical. Mecha Quintana creó la coreografía. Entonces pedimos apoyo oficial. Nosotros estábamos muy confiados en que el nuevo ritmo, que se llamaba "Tam Tam" traería divisas
seguras al país. La Secretaría de Prensa, por medio del general Uriondo, nos delegó el pedido a Apold. Y el proyecto quedó archivado definitivamente. Una pena, porque era una melodía que podía tocarla la jazz como la típica. Y que era una cosa bien nuestra, que recordaba no sólo el tambor africano, sino una serie de cosas más... Era un tema pegadizo, popular. Lamentablemente, no prosperó. Lógicamente, quedó registrado y aún sigo esperando la posibilidad de difundirlo.
¿Sabe por qué? Porque es difícil concebir una idea original.
Mucha gente ha tomado cosas de otros y las ha adoptado como si fueran propias. A mí me ha pasado, inclusive, con ciertas notas que pretendí hacer publicar.
—Obviamente, se desprende de esto que no se considera una letrista de tango...
No, por supuesto. Yo escribí numerosos cuentos y poemas. Viajé a veinticuatro países. Estuve en la guerra civil española como periodista. Creo que soy más que nada eso: periodista. Y escritora. Si me preguntaran por qué escribí letras de tango, diría que un poco porque sobreviven más, por su popularidad.
Y porque con una sola
 letra, la de Cuando llora la milonga, gané más que publicando ocho libros.
— ¿Qué tango le gusta?
—No el de ahora, seguramente.
Hay muchas orquestaciones, mucha técnica, pero le han quitado su carácter de porteño. El tango me gusta hasta 1940. No por los valores que tiene, sino por la fuerza exultante que trae del mismo país. Además, no estaba comercializado. Había una emulación legítima, no la que fue impuesta después. Si un músico creaba algo, otro intentaba superarlo sanamente. El tango canción alcanza su punto máximo con Filiberto. Hasta 1940. Después viene la guerra, pierde mercados, y va decayendo en el exterior. A la vez, se tolera una invasión de jazz que haría perder definitivamente
su sabor auténtico al tango. A tal punto, que ahora es una mercancía.
Por eso me quedo con el de la guardia vieja. Aunque reconozco a aquel que va del '25 al '40. Pero después, encuentro que está desvirtuado.
—O sea, que se perdió para siempre ese mercado entre nosotros...
Es que no se le ha hecho una propaganda adecuada. Ha habido una penetración imperialista de fabulosos capitales que ha permitido que el tango vegete, mientras los demás ritmos lo iban ahogando. Hubo épocas que se obligaba a ejecutar
un 50 por ciento de música nacional. Fue cuando a mí se me ocurrió crear ese nuevo ritmo. Que para mí era muy argentino, pero más rítmico que el tango. Con letra y características de lo nuestro.
— ¿Qué otros intérpretes le agradan?
Gardel, por supuesto, aunque me gusta el de la primera época. Y en la actualidad, me interesa Jorge Sobral.
— ¿Y entre los poetas?
Aquí ha habido una especial idolatría por Discépolo, y es un error. Se ha dicho de él que era el Schopenhauer del tango, pero no por el genio sino por el pesimismo. Ese es el error de Discépolo. Quien sí era un apóstol era Almafuerte. Un verdadero poeta. Pero hay otras cosas que responden a lo nuestro. Navarrine, por ejemplo. Temas como Gajito de cedrón. Manzi y Navarrine son quienes más se acercan a lo nuestro.
— ¿Y usted cómo se considera?
—Como una muchacha proveniente de una familia burguesa con ambiciones literarias, a quien le resultaba realmente incongruente escribir tangos lunfardos. Mi padre, por supuesto, jamás supo que era yo quien los escribía. El no quería que yo fuera demasiado libre.
En María Luisa Carnelli era inevitable. Pese a la voluntad paterna.

Fuente: 1880 Un Siglo de Tango 1990 - Tomo 1 "La Era Prenatal"
Páginas: 156-157- 158

domingo, 5 de mayo de 2013

Osvaldo Fresedo 5 de Mayo de 2013 -175-




       Osvaldo  Nicolás Fresedo es un nombre que está grabado a fuego en nuestra historia.
Un rasgo distintivo (así en la orquesta como en la composición) fue la característica inalterable, a través de sus largos años al servicio de nuestra música popular. Su sonido es inconfundible; y éste tiene una señalada tendencia a la jerarquización del tango. Las revolucionarias transformaciones orquestales que el bandoneonísta le imprimió a sus distintas agrupaciones le permitieron marchar siempre un paso más adelante del común denominador. La historia no puede definirse por "antes y después" de Fresedo. Lo correcto es consignar "con" Fresedo, se hable del momento en que se hable.
 Nacido el 5 de mayo de 1897 en el centro de Buenos Aires, desde pequeño se interesó por el naciente movimiento musical ciudadano...
Desde que era muy chico le gustaban los deportes. No podemos decir lo mismo del tango, porque recién lo descubrió en su adolescencia.
Pero, claro está, en casa lo más importante era la faz comercial en la que se manejaba su padre. Por eso se mudaron desde el centro a Ramos Mejía, de allí al barrio de Almagro, más tarde a Floresta y posteriormente a La Paternal.
Llegan a ese modesto barrio al que en ese entonces denominaban “Villa Paternal”, cuando Osvaldo contaba solo con trece años de edad y fue precisamente en esa barriada donde Fresedo descubrió al Tango. 
Y eso ocurrió cuando comienza a escuchar en las Victrolas de sus vecinos discos de Pacho o en la calle los temas que se interpretaban en organitos.
Cuando tenía quince años frecuentaba el café Venturíta, porque le apasionaba escuchar al trío de Augusto Berto, al que completaban Canaro y Domingo Salerno. Fue tanto su pasión por  el bandoneón, que se decidió í a ahorrar dinero de cualquier forma, con tal de adquirir uno.

Comenzó comprando  una concertina, a falta de posibilidades mayores por la cual pagó diez pesos en un comercio que se llamaba Markepelein y estaba ubicado en la calle Cuyo al 1200 (Hoy calle Sarmiento).
Cuando su padre lo envía a estudiar para que se reciba de Perito Mercantil en la Academia Pagano, ubicada en la calle Uruguay, debiendo abonar por  mes la suma de veinte pesos. Debiendo esperar  tres meses de faltar a clases y hacerse la rabona, por fin pudo comprarse el bandoneón por el cual pagó sesenta pesos en el mismo comercio que había adquirido la concertina.
En su casa no sabían nada, entonces comenzó a conocer el rudimentario manejo del instrumento mediante algunas clases que le daba un cochero de plaza llamado Carlos Besio. Al poco tiempo este humilde maestro ya no tenía nada más para enseñarle. Fue así que Fresedo se inscribió en la academia de Pedro Desrets donde aprendió teoría y solfeo.
En un momento determinado, el padre se entero  que  había dejado de lado sus estudios, entonces tomó una decisión extrema: lo echó de la casa.
Después de vivir un tiempo en una piecita que le prestó Nelo Cosimi, aquel que fuera el primer actor del cine argentino, regresó al hogar.
Esta vez sí, su padre aceptó esa vocación por el tango. Entonces, en una casa que linda con las vías de la estación Paternal, instaló un café para que  tocara allí y no me fuera de noche por ahí.
En 1914 se produjo el "debut profesional", en el café Paulín. De allí pasó al Maldonado. Y más tarde en el ABC, con Manuel Aróztegui como pianista. Tal vez por ese tiempo comenzaron a llamarlo "el pibe de La Paternal". Era una manera de diferenciarlo de otros bandoneonístas. (Por ejemplo: Pedro Maffia "El Pibe de Flores" y Carlos Marcucci "El Pibe de Wilde")Fue una época en que tocaba en academias (es decir, casas de baile) y formativos, aquellos sitios donde la mujer cobraba por bailar. En 1916, Francisco Canaro lo convocó para tocar en los bailes de Carnaval del teatro Politeama de Rosario, siendo el reemplazante de Vicente Greco.
 A su regreso a Buenos Aires formó su primera orquesta. Un cuarteto que completaba José Pracánico en el piano, Emilio Fresedo y Francisco Confeta en violines. Trabajaban en una academia, situada en Cuyo al 1100.
Una noche llegó Tito Roccatagliatta para ofrecerle actuar en el cabaret Montmartre. Es que él, junto con Arólas y con Juan Carlos Cobián, abandonaban el sitio y buscaban otro conjunto que los reemplazara.
Para estas actuaciones, propuso a José Martínez y a Rafael Rinaldi, agregándose a instancias de Martínez, el mismo Canaro.
De allí pasaron al Royal Pigall, y al poco tiempo reemplazó a Arólas en el trío con Cobián y Tito Roccatagliatta, continuando en el L'Abbaye y en el Armenonville.
Cuando se inauguró el Casino Pigall, en 1918, fue contratado para que formara una orquesta e interviniera, siendo completada  con Rizzutti, Julio De Caro, Juan Kollery  y Hugo Baralis (padre). Permaneció en este local durante todo un año.
Corría el año 1920 cuando se produce un hecho importante en su vida. Viaja para grabar discos a Nueva Yersey, junto a Tito y Enrique Delfino para realizar registros bajo la denominación “Orquesta Típica Select”
                Pero volviendo a la actividad deportiva de Fresedo. Al regreso de los Estados Unidos comenzó un curso de aviador civil bajo la instrucción del aviador Eduardo Olivero y en 1923 obtuvo su título de aviador.
                 En 1924 continúa con sus dos pasiones tango y  aviación y fue precisamente para ese año donde animó los famosos bailes del internado, comenzando además sus actuaciones en cines y además una extensa actividad discográfica en Víctor y Odeón.
                 Quizá sea para Fresedo ese  momento de gran repercusión el cual no se puede determinarlo, porque todos, en su medida, sirvieron para el desarrollo de su orquesta. Pero un gran empujón fue la contratación de su orquesta hacia París, en 1928. Allí tocaron en la residencia del barón de Rotschild, en el teatro de la Opera, realizaron giras por la Costa Azul, tocaron en los hoteles mas lujosos. Todo hasta 1930. Pero no hay olvidar, por ejemplo, que en 1925 tocaron en el Palacio Errazúriz ante el Príncipe de Gales. Y que ese mismo año grabó con Carlos Gardel.
                  En determinado momento, se llegó a decir que la Orquesta de Fresedo, actuaba en sitios poco accesibles para el público modesto y que solo tocaba para exquisitos.
Pero eso no fue así, Fresedo, se mantenía  en lo suyo. Y aunque era bandoneonísta, siempre le agradó llenar la orquesta con cuerdas y otros instrumentos ajenos al tango de aquellos años, tanto como la batería, el vibráfono y el arpa.
Así buscó el acercamiento a la gente con la melodía. Su ambición fue llegar al corazón. Pero tocando con delicadeza. Además, siempre puso empeño en agrupar organizadamente a los músicos. “La orquesta es un mundo que debe estar de acuerdo. Necesito que cada uno de los componentes sienta lo que va a tocar. En ese aspecto, cambiaron las épocas. Antes existía la dedicación. Después el medio se fue transformando”.
Es que Fresedo era gustoso del virtuosismo, pero no el virtuosismo del solista.  Ya que nunca se destacó como solista. Además, jamás consideró que el bandoneón fuera un instrumento completo. “No hay instrumentos "completos". Lo único completo es la orquesta. Por eso, virtuoso puede ser un conjunto, más que un solista. De los solistas, yo admiré a Cobián. Y de los bandoneonístas, a Minotto. Pero éste, por ejemplo, carecía de corazón. Era demasiado técnico”.
                  Finalizando con esta pequeña biografía de la vida de nuestro bandoneonísta  podríamos decir que hizo una música de una melodía limpia, llena de matices. Respetando la melodía original. Pero agregando dosificadamente violines y bandoneones, además de otros instrumentos, para lograr el equilibrio justo.
¡Que iba a imaginar este Pibe! en aquellos años de su adolescencia, que con el tiempo se convertiría en uno de los más eximios bandoneones de nuestro tango y que al cabo de 63 años ininterrumpidos en las salas de grabaciones, dejaría registradas para la historia 1250 grabaciones.

 

Title: 01 Re Fa Si  -  Enrique P. Delfino - 1959

Artist: Osvaldo Fresedo y su Orquesta

Album: Osvaldo Fresedo en Stereo

Genre: Casete para su difusión - No Comercial -

Comment: Casete sello Columbia - 581.075- Publicado por: Tango, Radio y más Historias

 

Title: 02  Sueño azul - Julio De Caro y Mario  Cesar Gomila 1961

Title: 03 De Academia - Osvaldo Fresedo - 1961

Title: 04 El dia que me quieras - C. Gardel y A. Le Pera - 1961

Title: 05 Viajando - Osvaldo Fresedo - 1963

Title: 06 Capicua - (Milonga)-  Roberto Nievas Blanco - 1961

Title: 07 Que noche - Agustin Bardi - 1963

Title: 08  Volveras - Osvaldo Fresedo - 1961

Title: 09 El Pollito - Francisco Canaro - 1961

Title: 10  Golondrinas - Carlos  Gardel y Alfredo Le Pera - 1963

Title: 11 Pimienta- Osvaldo Fresedo - 1961 -

Title: 12 Taconeando - Pedro Maffia y Horacio Staffolani – 1961.

 

 MEGT- BAJAR OSVALDO FRESEDO EN STEREO

 

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