Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi

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Tango, Radio y más Historias, blog distinguido por su aporte a la difusión del Tango, sus autores e intérpretes.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Roberto Maida - Biografía - 10 de setiembre de 2014


                                                       Roberto Maida
Roberto Maida, por verdadero nombre Domingo, nació en Fráncica provincia de Catanzaro, Italia) el 3 de marzo de 1908 y murió en Buenos Aires el 9 de abril de 1993. Se contó entre quienes difundieron el tango en Europa, pero es mucho más recordado por los años en que se desempeñó como cantor de la orquesta de Francisco Canaro. Éste lo menciona en sus memorias como al pasar, pese a que había grabado con su orquesta 186 composiciones (184 como estribillista y 2 como solista) entre 1934 y 1938.
La vida tanguera de Maida fue muy rica y es una pena que el cantor no haya dejado sus memorias. Las anécdotas que narraba, no sin algún desparpajo que le creó enemistades, se han perdido para siempre, porque sus amigos carecíamos de micrófonos ocultos que permitieran grabar sus dichos sin riesgo de la espontaneidad. Fue un gran cantor y él lo sabía, aunque algunos estudiosos no hubieran reparado en ello. Hay coleccionistas de sus discos no sólo en la Argentina y fue tal vez el primero en creer en Discépolo, a quien le preestreno Esta noche me emborracho antes de que Azucena Maizani lo lanzara a la fama. Fue en 1927, en el teatro Astral, cuando cantaba con la orquesta contratada para tocar en esa sala.

En 1928 se embarcó hacia España como cantor de la orquesta de Cátulo Castillo. Con ella actuó en cabarés de Barcelona, Madrid y Sevilla y grabó, entre otros tangos Qué vachaché y Esta noche me emborracho. En 1930 Cátulo dio por terminada su empresa y los músicos retornaron a Buenos Aires. Maida grabó entonces aquí veintidós composiciones para Columbia, con una orquesta dirigida por Alberto Castellano, y algunos estribillos con los conjuntos de Canaro y Pedro Maffia. En 1931 volvió a España, otra vez con Cátulo. Su escenario fue media Europa. Cantó en Portugal con Bachicha; en Londres y París con Manuel Pizarro; en Alemania con Eduardo Bianco y el mismo Pizarro. En París frecuentó a Carlos Gardel, quien le grabó su tango Aquellas cartas (1932, música de Juan Ghirlanda) y antes de 1933 estaba otra vez en Buenos Aires, convocado por Jaime Yankelevich y Pablo Osvaldo Valle para cantar en radio Belgrano. En 1932 fue contratado por Francisco Canaro, a quien pronto acompañaría en la reposición de la comedia musical La canción de los barrios. Por entonces anticipaba a través de las radios los tangos que se conocerían en las comedias de Canaro. Con éste cantaba cuando la orquesta se mudó a radio El Mundo, seducido Canaro, dicen algunos, por Pablo Osvaldo Valle y, según otros, debido a la importancia que radio Belgrano daba al jazzman inglés Harry Roy. En 1934 Maida resolvió independizarse. En 1941, tras una gira por países vecinos, formó una orquesta cuya dirección confió a Argentino Galvan y con ella debutó en el Dancing Ocean. La experiencia fue breve, porque los dueños del local resolvieron que el conjunto no invitaba a bailar. Hizo todavía algunas giras que lo llevaron hasta Centro América y en 1968 abandonó la actividad artística para desempeñarse como intendente de radio Belgrano. Allí lo conocí un día de 1976. Yo participaba de un programa conducido por Miguel Ángel Merellano. Una mañana me invitó a pasar a una sala, cerró la puerta, me pidió que lo escuchara cantar y me preguntó si aún estaba en condiciones de hacerlo profesionalmente. Yo, que desde muchacho llevaba prendida en el oído su voz de terciopelo entonando Cosas Viejas, lo estimulé a hacerlo. Me habló de su calvicie y prometió usar peluca. Como lanzamiento organicé entonces un homenaje que en su persona la Academia Porteña del Lunfardo tributaría al cantor de orquesta. El evento ocurrió en la sala Enrique Muiño del Centro Cultural General San Martín el 12 de noviembre de 1976. Él evocó sus grandes éxitos de la década de 1930 y yo tuve el gusto de decir unas cuantas palabras. Comenzó aquella noche la última etapa de la carrera de Roberto Maida. Pudo realizar el sueño de cantar en Medellín y honrar a Carlos Gardel en la estación aérea del accidente fatal. Él había cantado Silencio en el velatorio realizado en el Luna Park.