Libertad
Lamarque
Libertad
Lamarque nació en Rosario el 24 de noviembre de 1908. Pronto cumplirá 89
años y se la
ve optimista y activa
como siempre. Cuando sólo tenía 70 contestó a una
admiradora que le preguntaba sobre los secretos
de su eterna juventud: "Cirugía, señora, cirugía". Era una broma.
Lleva la juventud en el alma y ahora mismo, colmada de años, de triunfos, de
experiencias y de amarguras, sigue siendo, como en 1946, cuando salió a la
conquista del continente, la novia de América.
Su madre era
gallega, Pepa Bouza, y su padre, Gaudencio Lamarque, uruguayo de ascendencia
francesa. Hojalatero de oficio, recibió con sus esposa los siete hijos de ésta.
Don Gaudencio profesaba ideas de las que se llamaban avanzadas y anotó a la
niña con el nombre Libertad. De chiquilina atrajeron a Libertad la canción y
las tablas. Ya jovencita, Pascual Carcavallo la incorporó en su famosa compañía
del teatro "Nacional". Actuaba y cantaba. En 1930 debutó en el cine,
en Adiós, Argentina, filme mudo de Mario Parpagnoli, y en 1933 fue estrella en
el primer filme sonoro realilizado en el país, Tango, del director Moglia
Barth. De ahí en más, su carrera es una sucesión de triunfos, en la radiofonía,
en el disco, en las tablas, en los sets. En 1938, Luis César Amadori torció su
destino hacia los grandes filmes. Ya había protagonizado dos películas del
Negro Ferreyra, Ayúdame a vivir y La ley que olvidaron, y, en 1935, también El
alma del bandoñean, en la que el mismo Amadori hada sus pininos de director
junto a Mario Soffici. Madreselva fue el primer gran filme de Libertad: su
galán era allí Hugo del Carril. Luego siguieron catorce películas más en la
Argentina, cuarenta y una en México y una en España. Dificultades con el poder
político la obligaron, en efecto, a radicarse en México, en cuyo cine debutó en
1947 siendo pareja de Jorge Negrete en Gran Casino, dirigida por Buñuel. Su
película Rosas blancas para mi hermana negra (1970) recaudó en México más que
La novicia rebelde. Líber era ya una señora de 62 años. Luego hizo otros tres
filmes en la Argentina, uno de ellos, La sonrisa de mamá, junto a Palito
Ortega. Libertad tuvo un matrimonio breve e infausto con un apuntador teatral
de apellido Romero y otro, largo y feliz, con el músico Alfredo Malerba. Se la
llama la "Reina del Tango", título que ganó en un certamen realizado
en 1931; pero es más que eso, una cantante capaz de asumir con la misma
solvencia una tonada criolla y un aria de op.ereta. Sin duda es la primera diva
y la primera estrella (si no la única) del cine argentino y, con Dolores del
Río y María Félix, una de las tres del cine hispanoamericano. Andariega
incansable, es agasajada en ambos mundos y particularmente querida en México y
Puerto Rico. A la caída de Perón regresó a su patria sin rencores, ofreciendo
bellos ejemplos de grandeza de ánimo. Cuando en 1967 se presentó en el teatro
"Odeón" haciendo la Dolly Levi de Helio, Dolly, mucha gente, de pie,
sobre las butacas, gritaba "Líber, Líber"... El cariño de su público
se había mantenido intacto durante su ausencia.