Con este capítulo, ponemos punto final a la obra de Miguel Caló, un gran músico que entre 1938 y 1940, fue incorporando a su orquesta a jóvenes talentos que más tarde se convertirían todos en directores de sus propias orquestas. Fue por eso que quedó incorporado a la historia de nuestro tango, como "Miguel Caló y la Orquesta de Las Estrellas".