Malando y su Orquesta de Tango: Una leyenda del
Tango en Holanda
Por Carlos G. Groppa
Dado que la colonia holandesa más grande fuera de
Holanda está en la Argentina, el músico
y compositor Arie Maasland, por ser
holandés y tanguero, pudo haber nacido allí, pero en cambio lo hizo en
Rotterdam el 26 de mayo de 1908. Fallecido en Bussum el 22 de Noviembre de
1980, adquirió popularidad internacional con el seudónimo de Malando.
Hijo de un carpintero holandés, terminada la
preparatoria, estudió dibujo arquitectónico, que abandonó abruptamente para
dedicarse a la música. Durante seis años estudió piano con el maestro Jan
Kriek, y luego compró un acordeón, que adoptó como su instrumento, con el que
debutó profesionalmente tocando en varias orquestas locales y en los cines
acompañando a las películas mudas. En 1933 se incorporó al sexteto Jumping
Jacks como acordeonista y percusionista. A su vez le escribió los arreglos,
varias composiciones, y se encargó de la dirección comercial y la
representación artística del grupo.
Corrían los años de la ocupación nazi y el tango
tenía gran aceptación, sobre todo tras las actuaciones que el partido le
organizaba a la orquesta de Eduardo Bianco, con la cual, en 1935, el sexteto
compartió el cartel durante una gira europea que llegó hasta los Países Bajos.
Inspirado por su música, Maasland decidió dedicarse de lleno al tango. Para
ello creó una manera interpretativa que preservaba la forma argentina de
interpretarlo y suavizaba la brusquedad del estilo que se tocaba en Alemania,
al que se le había despojado la profundidad y sentimiento del rioplatense. De
esta forma, Maasland consiguió crear un "estilo continental",
elegante, más superficial y básico tanto en ritmo como en armonía.
Inspirado en los tangos que tocaba la orquesta de
Bianco, Maasland compuso en 1935 su primer tango, Anny, dedicado a su esposa, y
en 1937 el que le haría famoso en todo el mundo: Cosmopoliet, claro que no con
ese título que era el nombre del restaurante donde los Jumping Jacks estaban
actuando. Según la leyenda de la música, fue escrito mientras esperaba a que su
esposa terminara de realizar unas compras. Pronto convertido en gran éxito del
conjunto, sus miembros le aconsejaron lo publicara. Al Maasland llevarlo a la
editorial Muziek Smith de La Haya, como siempre le ocurre a los desconocidos
con talento, se lo rechazaron argumentando que había ya demasiados tangos en el
mercado. No tomando el rechazo como respuesta, al ofrecerles el músico pagarles
la mitad del costo de la edición, la situación cambió. Y si bien se lo
aceptaron de inmediato, le pusieron como condición que cambiara el título al
tema y su nombre Arie Maasland por algo que sonara más español. Fue así fue
como Cosmopoliet se convirtió en Olé guapa y Arie Maasland pasó a llamarse
Malando.
Olé guapa, junto con Penny Serenade (1939) de
Melle Weersma, fue el tema más internacionalmente aclamado y duradero en el
gusto popular de todas las composiciones de origen holandés. Llama la atención
el súbito éxito que tuvo, ya que fue una composición no sólo de un músico
desconocido sino que comenzó a difundirse interpretada por una agrupación
holandesa cuyos discos no entraban en la programación de las estaciones de
radio locales ni contaban con el apoyo de una compañía grabadora importante.
A partir del resonante suceso que tuvo Olé Guapa,
Maasland decidió seguir en esa línea del tango. Por lo que en 1939, al separase
de los Jumping Jacks para formar su propia orquesta con dos de sus miembros,
Ben Rodenhuis (violín) y Rinus de Recht (violín, clarinete y a veces canto), le
dio a ésta un sonido propio que atrajo de inmediato tanto a bailarines como a
escuchas, logrando un gran nivel interpretativo.
Maasland, ahora como director y acordeonista del
grupo, al debutar el 1 de Julio de 1939 en el dancing Spoorzicht de Leeuwarden,
adoptó definitivamente el seudónimo de Malando, con el que fue conocido en el
mundo de la música.
Por ese entonces ya tenía un repertorio de tangos
argentinos, europeos y de su propia inspiración. Entre sus más exitosos estaban
Niña Bonita (1938), dedicado a su hija Lía de cuatro meses de edad, y Cornelita
y Guapita (ambos de 1940), a los que con el tiempo les agregó Noche de
Estrellas (1947), Campanillas (1955), Con sentimiento (1957), y Soleado (1962).
La guerra y las subsecuentes condiciones de la
ocupación nazi le acarrearon al conjunto ciertos problemas, siendo el más serio
el ocurrido en 1944 al ser llamado para actuar en Alemania. Al negarse, fue
arrestado, pero logró escapar mientras era transportado al campo de trabajos
forzado de Amersfoort, junto con dos miembros de su orquesta.
Después de la liberación formó el dúo Malgori con
su compatriota acordeonista Gorissen, que pasaría a ser el segundo acordeón al
Maasland reagrupar su orquesta, la cual se hizo muy popular, sobre todo entre
1947 y 1960, período en el que se incorporaron músicos como Willy Langestraat
(saxo), Dick Wiersema (piano) y el francés Frans Wanders, contrabajista y
admirado cantante.
Su contrato para actuar en VARA, la radio y
televisión holandesa, firmado en 1946, aumentó el reconocimiento de Malando
como orquesta de tango.
Gracias a sus frecuentes presentaciones en radio y
conciertos, la orquesta ganó popularidad en los Países Bajos, mientras que el
disco la difundía en los países vecinos, tanto que incluso se llegaron a usar
estos en las clases de baile. Este uso contribuyó a que, dado que ese tipo de
interpretación se consideraba como tango en muchos lugares del mundo, se
confundiera a Malando y su música como proveniente de Buenos Aires.
Durante los primeros meses de 1947, la orquesta,
llevando como cantante a Lou Bandy, de gran popularidad en Holanda entre las
dos Guerras, viajó a Indonesia para actuar ante las tropas del ejército
holandés. Después le siguieron giras por Europa, sobre todo por Alemania,
Bélgica, Finlandia y Austria, países estos dos últimos en los que obtuvo gran
repercusión.
En la década de 1960 la curiosidad que despertó la
orquesta de Malando en Japón fue mayor que en cualquier otra parte del mundo,
por lo que en Noviembre de 1964 realizó una gira a la que, dado su éxito, le
seguirían muchas otras más. A tal extremo repercutió en dicho país que las
grabadoras locales llegaron a editar más de cien discos de larga duración.
Incluso, aún a fines de la década de 1980, y ya mucho después de haber
fallecido Malando, todavía seguía siendo requerida allí su orquesta, aunque en
ese entonces conducida por su yerno, el percusionista Evert Overweg.
La apreciación mundial que disfrutó la orquesta de
Malando fue un hecho tan raro para un músico holandés, que motivó en su propia
patria la formación de un club de admiradores ansiosos de mantener vivo su
nombre y su música.
En 1968 Malando se presentó en la cuna del tango,
Buenos Aires, donde logró un sostenido éxito, vendiéndose gran cantidad de sus
discos entre un público dispuesto a aceptar todo lo que viniera de Europa. Para
su halago, los acordeonistas locales lo consideraron difícil de igualar.
Prolífico autor, en vida de Maasland, los derechos
de propiedad literaria cubrían una obra de más 150 composiciones, con el
agregado de que solamente Olé Guapa fue grabado por más de 200 orquestas
diferentes.
Animado por el éxito, Malando que en ese momento
integraba su repertorio con sus propias composiciones, más tangos clásicos
argentinos y europeos, lo amplió con el agregado de temas de otros ritmos
latinoamericanos, para lo cual le incorporó a su agrupación timbales, bongós y
maracas, instrumentos poco usuales por entonces en ese tipo de orquestas.
A partir que aquí sus composiciones no fueron sólo
tangos, sino que abarcaron otros ritmos, sobresaliendo los temas Manolita
(1943, rumba), Rambla de Flores (1951, paso doble), y las suites clásicas
"Cordilleras de los Andes" (Cotopaxi, Illimani, Coropuna) y
"Rivieren Cyclus" (Rio Negro, Orinoco, Chubut), suites que llegaron a
ser ejecutadas por orquestas sinfónicas.
Multifacético, Maasland realizó arreglos en tiempo
de tango de melodías de operetas, y de canciones populares de los Países Bajos,
Inglaterra, Japón, no sólo para su orquesta sino para otros colegas. Más tarde,
al agregarle a su orquesta una sección de cuerdas -llegando durante las
grabaciones a tener hasta 40 músicos-, compartió los arreglos con Henk
Stiphout.
Mucho tiempo antes de despedirse de su público con
un show musical realizado el 23 de mayo de 1979 por VARA TV, la orquesta de
Malando ya había cesado prácticamente de existir. El rock ya había matado a las
orquestas melódicas. Por esos años sólo se pasaban por la radio sus viejas
grabaciones y muy pocas nuevas eran ofrecidas. La última fue el 9 de enero de
1978 durante una presentación personal en la que interpretó, en un arreglo muy
a su estilo, el tango Verano Porteño de Astor Piazzolla.
A lo largo de su exitosa carrera, su atractiva música
le produjo a Malando numerosos reconocimientos. En 1959 recibió en Pavia
(Italia) el Oscar Mondiale como el mejor acordeonista de orquesta del mundo. En
1964 se le otorgó el Premio Edison, y dos años después la Fundación Conamus,
dedicada a promover la música ligera, le otorgó el Golden Arp, el premio más
importante de Holanda concedido a los músicos por su obra. En 1973 fue
condecorado por los Reyes de los Países Bajos por su larga y exitosa carrera.
No obstante estos honores y la fortuna que amasó con
sus composiciones y discos, Maasland siguió siendo un músico simple,
trabajador, casi descolorido, que a pesar de su talento y su estatura de
estrella de primera magnitud dentro del mundo de la música se sentía más a
gusto con su propia gente.
Actualmente la orquesta de su nieto Danny Malando
continúa la tradición que iniciara Arie Maasland dentro de lo que se conoce
como Ballroom Tango
Bibliografía:
- E. Saegeman, The sorrow that you can dance. The tango as a musical and social
phenomenon (Bruselas, 1982).
- Frans
Oudejans. Biographical Dictionary of the Netherlands 3 (Dan Hagg 1989).
- Carlos G.
Groppa, The Tango in The United States (McFarland, New Jersey, 2004)