domingo, 9 de febrero de 2014

El Tango y sus Temáticas El Turf 9 de Febrero de 2014- 922-



EL TURF
El Tango, nunca estuvo ajeno a las pasiones populares.  Después del futbol, los “burros”  fueron una de las grandes grandes pasiones de los porteños. 
 Tal vez las generaciones anteriores hayan tenido otros ídolos, otros nombres, otras influencias con las cuales entusiasmarse. Y si el hoy del tango relega a un segundo plano el tema en cuestión, en cuanto a nuevas creaciones, por lo menos reiteran viejos éxitos que siguen vigentes. Porque, ¿quién le puede restar méritos a un Leguisamo, (el Jockey más grande de la Argentina) a un Máximo Acosta, (otro de los grandes jinetes), a un Lunático o a un Cordón Rouge, una Reina de Saba (caballos muy famosos).
 Entre los múltiples temas dedicados a los equinos, surge uno de los primeros que, paradójicamente, no lleva letra. Se trata dé Reina de Saba, compuesto por el pianista de la guardia vieja Rosendo Mendizábal, dedicado precisamente a un caballo. El mismo Mendizábal (de quien se dice era aficionado al turf) compuso otro tema dedicado a un equino, Polilla.
Fue para el año 1919 cuando entre  Pedro Maffia y Julio De Caro, compusieron Tiny, nombre de un caballo ganador de muchos premios en esos años.
Entre las tantas pasiones que conservó el pueblo (y que en la actualidad perdió vigencia),  estuvo la del turf. No es que se haya dejado de concurrir a las carreras. Es que cambiaron los tiempos, tampoco existen más las famosas rivalidades, ni los históricos jockeys de aquellos años. 
El pulpo, El maestro o El mono (son sólo algunos de los apelativos de Ireneo Leguisamo), no podía estar ausente en la recordación poética y fue Modesto Papávero que en 1925 compuso ¡Leguisamo solo! tema que inmortalizó Gardel y que aún hoy se canta como si fuera un clásico. Es que, más que el tango en sí, el Zorzal Criollo le cantaba a su gran amigo. Hay dos versiones  grabadas por el Zorzal, una en España y la otra en Argentina (1925). 
Enfervorizado, Papavero canta en sus estrofas a su admirado jinete:
“¡Leguisamo solo! Gritan los nenes de la popular... ¡Leguisamo viejo! Contestan todos los de la  Oficial…”                              
Gardel nunca escondió su devoción por los caballos y su amistad con grandes jinetes como  Torterolo, "Tapón" Arcuri o el "Magnate" Lema, pero el vínculo que mantuvo con Leguizamo era superior a todo.
Francisco Martino, compañero de Gardel en sus primeras épocas, compuso dos milongas "burreras", “La catedrática y Soy una fiera”, que fueron llevadas al disco por el mismo Gardel. En ambas se hace referencia al lance dominguero, describiendo el sentimiento del aficionado y sus posibilidades de alzarse con todo “el paco”. (denominación en la jerga burrera que se le daba al dinero ganado o perdido, hoy, término en desuso  como voz lunfarda. En la actualidad "Paco" en una voz popular que denomina a una droga)

Otro de los grandes aficionados a “los pingos” fue Alberto Gómez, (recordado cantor 1904-1973) que en 1942  evocando viejas épocas del turf, escribió “Milonga que peina canas”, tema que desde su creación fue tan exitosa la pieza que Gómez la incluyó permanentemente en su repertorio.
“Milonga que peina canas, y está llorando de pena, porque Argentino Gigena se fue sin decirle adiós. Nosotros también, milonga, pensando en tiempos remotos, con muchos boletos rotos, tendremos que ver si hay Dios”.
La temática sobre el turf señaló también el paso de una generación de jockeys, poetas, músicos y cantores, que amaban al que se denominaba “deporte de los reyes”.
Hoy es solo un recuerdo al que  el Tango lo mantiene vigente, trayendo reminiscencias de viejos tiempos que no volverán.
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